Los 25 años de la LOSC y los sistemas de información sanitarios

30 Dic

Veva BarbaAnna Garcia-Altés

 

 

 

 

Veva Barba y Anna García-Altés (@annagaal)

La evolución de los sistemas de información en los últimos 25 años: del papel al benchmarking*

Desde la aprobación de la LOSC (Ley de ordenación sanitaria de Cataluña) hemos sido testigos de profundos cambios que se han producido dentro y fuera del contexto sanitario. Las necesidades de salud de la población y la manera de expresarlas han cambiado la forma de relación de los ciudadanos con los servicios de salud. La madurez de la sociedad actual comparada con la de los años noventa ha hecho emerger conceptos como el derecho a la información o a las decisiones compartidas que hace veinticinco años eran poco imaginables. Por otra parte, se ha abierto un amplio abanico de oportunidades para los profesionales y las organizaciones sanitarias que ven la información como una herramienta de competencia insustituible para afrontar el reto de atender las necesidades de salud de la población con los recursos disponibles.

La transformación de los sistemas de información de salud de los últimos 25 años es el resultado de los cambios que se han producido en la sociedad y en el propio sistema sanitario pero no habrían sido posibles sin el espectacular avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Los sistemas de información actuales se han ido construyendo de acuerdo con las oportunidades y prioridades de cada momento y, a pesar de no haber tenido siempre una hoja de ruta clara, han ido dibujando un modelo de sistema que cada vez es más adecuado para cumplir su objetivo, permitir relacionar el estado de salud de la población con la utilización de recursos y los costes, y poder evaluar la consecución de los objetivos del sistema sanitario en términos de efectividad, eficiencia y seguridad.

El sistema de información actual, con sus carencias y sus fortalezas no se entendería sin la existencia de algunos de sus elementos. La implantación de la tarjeta sanitaria individual y el registro de personas aseguradas permiten situar a las personas en el centro del sistema, tanto en lo referente a la gestión asistencial como en el análisis de la utilización de servicios. La historia clínica informatizada con utilidades como la historia clínica compartida ha sido un elemento de mejora de la continuidad asistencial y la eficiencia. Tampoco se entendería el proceso de compra y provisión de servicios sin los CMBD o los registros de farmacia.

A otro nivel, el Plan de Salud y la encuesta de salud han facilitado el cambio de un sistema de salud basado en la enfermedad y en la actividad asistencial curativa a una nueva manera de entender la salud y de orientar los servicios. A nivel de la gestión y la toma de decisiones estratégicas la Central de balances en los años 90 y la Central de resultados en los últimos años han permitido compartir información para evaluar diferentes aspectos del sistema de salud. En el contexto de la Central de resultados, una de las decisiones más trascendentales ha sido la de publicar indicadores nominalizados.

En algunos ámbitos asistenciales aún conviven las más sofisticadas tecnologías de digitalización y transmisión de imágenes y los formularios manuales, con la más absoluta falta de registro, almacenamiento y utilización de los datos más elementales. Los ámbitos de planificación y gestión también conviven sistemas de todo tipo. Los sistemas de información económica permiten un buen conocimiento de la contabilidad presupuestaria pero todavía no están suficientemente desarrollados en cuanto al análisis de costes. En general, resulta demasiado complicado conseguir información sobre las necesidades de salud y sobre los resultados de los servicios. Seguramente, el reto de mejorar en la medición de los resultados de los servicios nos acompañará aún mucho tiempo.

Pero quedan todavía varios retos de futuro. Hay que desarrollar subsistemas de información en áreas relativamente deficitarias como es el de la oferta de servicios, hay que trabajar para mejorar el equilibrio entre transparencia y protección de datos personales, hay que rentabilizar la información disponible facilitando el acceso a los datos al máximo de usuarios posible.

El camino recorrido es largo y extenso, pero la sociedad y el contexto tecnológico también se han transformado. El sistema de información debe ser lo suficientemente dinámico para adaptarse a los requerimientos futuros y deberá ser capaz de hacerlo en un entorno de recursos necesariamente limitados. Los cambios que se hagan en el futuro deberían ser coherentes con un modelo de sistema de información conocido y consensuado por todos los agentes del sistema.

* Este post ha sido adaptado y traducido de: Barba V, García-Altés A. 25 años de LOSC. La evolución de los sistemas de información en los últimos 25 años: del papel al benchmarking. El Referente. 2015

El articulo acaba de salir publicado en el último número de Referent, dedicado a hacer balance de los 25 años de LOSC.

 

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