Salvemos vidas, reduzcamos vehículos en las ciudades

23 Jun
CrisRibas
Cristina Ribas

La contaminación del aire es un problema de salud pública de primer orden, quizás de los más graves que hay ahora mismo sobre la mesa de las grandes ciudades desarrolladas. Las evidencias de los efectos negativos sobre la salud no paran de aumentar con las aportaciones de grupos científicos de prestigio internacional, como el Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (CREAL) que ha estimado que cada año hay 3.500 muertes prematuras en el área de Barcelona por esta causa. La contaminación no solo afecta a los pacientes de enfermedades respiratorias, sino que también provoca cáncer y afectaciones cardiovasculares cuando los Óxidos de Nitrógeno y las Partículas más pequeñas, que tienen capacidad de atravesar los bronquios, llegan a la sangre. Recientemente el CREAL también ha hallado retrasos en el desarrollo cognitivo de los niños en escuelas cercanas a calles muy contaminadas.

Muchas ciudades europeas han hecho los deberes incidiendo en una de las causas más importantes de contaminación: el tráfico de vehículos, sobre todo diésel que son los principales responsables de las emisiones de Óxidos de Nitrógeno en cantidades inaceptables, como ha revelado el escándalo Volkswagen. Uno de los instrumentos más efectivos es la delimitación de Zonas Urbanas de Atmósfera Protegida (ZUAP) en inglés Low Emissions Zone (LEZ), espacios en el centro de las ciudades en los que se impide la entrada de los vehículos más contaminantes junto con mejoras en el transporte público y promoción de la movilidad sostenible. Estas son las políticas que cuentan con un mayor consenso científico y que han sido implementadas por más de 200 ciudades de 12 países europeos, entre ellas Berlín y Londres.

En todas las ciudades donde se han aplicado medidas de restricción de tráfico no se quiere dar ningún paso atrás, análogamente a lo que pasó con la prohibición de fumar en los espacios públicos. En realidad la historia tiene muchos puntos en común con la de la prevención del tabaquismo si pensamos que por ejemplo en Barcelona, solo el 15% de los desplazamientos internos se hacen en vehículo privado. Esto significa que la mayoría de los habitantes de la ciudad son como fumadores pasivos ante las emisiones que producen otros. Los expertos en movilidad explican que el tráfico se comporta de forma adaptativa. Cuantas más limitaciones de circulación, más se reduce y también a la inversa: cuantas más facilidades y más vías disponibles, más se ocupan hasta el colapso. Otras ventajas de reducir coches en las ciudades, aparte de los efectos positivos en la salud, son la mayor ocupación del espacio público por parte de peatones y ciclistas con efectos añadidos en la mejora de la calidad de vida.

Por todos estos motivos, se necesitan decisiones valientes por parte de los gobernantes, como fue en su día aplicar la ley antitabaco. Para impulsarlos y ayudar a la sensibilización ciudadana hacia el problema de la contaminación el año pasado se creó en Cataluña la Plataforma per la Qualitat de l’Aire, que engloba entidades vecinales, ecologistas, activistas del transporte público y del uso de la bicicleta así como agrupaciones de ciudadanos y profesionales a favor de la salud, el medio ambiente y la movilidad. Es el caso de la Associació Catalana de Comunicació Científica, que entiende que el periodismo científico debe ponerse al servicio de las comunidades si quiere ser responsable y tener un rol protagonista en una sociedad donde todo el mundo es potencialmente un medio de comunicación.

Es imprescindible que las administraciones entiendan también que es necesario colaborar con la ciudadanía y los expertos en la difusión y uso de la información. Las aplicaciones que miden los niveles de contaminación no se tienen que limitar a alertar de la superación de los niveles legales europeos, deben tener en cuenta los límites recomendados por la OMS, los únicos seguros en términos de protección de salud. Esto, junto con los distintos datos y modelos usados, hace que los servicios y aplicaciones que informan de la contaminación en el territorio catalán no coincidan al 100% con sus previsiones: Aire.cat, Caliope, Plumbe, Quadre mundial… Lo más grave es que a pesar de todos estos recursos, los ciudadanos no acaban de entender cuándo, dónde y por qué es peligroso pasear, hacer deporte o simplemente respirar.

Por todo lo cual la Plataforma pide un acceso libre y gratuito  a todos los datos: medidas de contaminación y posicionamiento, tráfico, meteorología, modelos… para que se puedan crear aplicaciones propias y extraer el conocimiento y crear los servicios que los ciudadanos consideren más útiles. Con los datos disponibles, los periodistas pueden aportar también reportajes de interés público como este mapa interactivo del Reino Unido elaborado por The Guardian que muestra los lugares donde más muertes genera la contaminación.

TheGuardian-InteractiveMap

Entrada elaborada por Cristina Ribas (@cristinaribas), Associació Catalana de Comunicació Científica y Plataforma per la Qualitat de l’Aire.