Nunca habíamos estado tan sanos y a la vez nunca habíamos estado tan enfermos

21 Abr
LluísBohígas
Lluís Bohígas

Cuando nací, en el año 1950, la esperanza de vida al nacer era de 65 años. Ahora he cumplido 65 y por lo tanto, según aquella fecha, estaría a punto de perder la esperanza. Afortunadamente, en estos años, la medicina, la sanidad y los estilos de vida han mejorado y mi esperanza de vida se ha alargado y según datos del Idescat es de 20 años. Es decir, he ganado un año de vida por cada 3 de los que he vivido, ¡no está mal! Estos cálculos me alegran, pero hay otro que me preocupa, que se denomina esperanza de vida en buena salud. Se calcula combinando los datos de mortalidad que nos dan la esperanza de vida con los datos de morbilidad que nos indican cuántos años estaremos enfermos. Mi esperanza de vida en buena salud actualmente es de 12 años, es decir de los 20 años que me quedan puedo pasarme 12 sano y 8 enfermo. Todo ello estadísticamente hablando.

¿Y de qué estaré enfermo? Pues bien, las enfermedades más importantes asociadas a la muerte son las cardiovasculares y el cáncer. Es cierto que gran parte de los logros que hemos conseguido en el alargamiento de la vida se deben a la reducción de la mortalidad cardiovascular. También los cánceres están en regresión, gracias a las mejoras y descubrimientos de la sanidad. Algunos cánceres no aparecen tanto gracias a que fumamos menos; por ejemplo, el de pulmón se está reduciendo en los hombres pero aumenta en las mujeres. Para otros cánceres hay medicamentos e intervenciones muy potentes que hacen que la enfermedad se cronifique. Pero estas enfermedades, aunque son graves, no son las que nos obligan a ir cada día al médico. Vamos al médico por culpa de la hipertensión, el colesterol, la diabetes, la insuficiencia cardíaca, etc. Algunas de estas enfermedades están relacionadas con el problema más importante de salud pública de hoy en día: la obesidad. Ahora ya no son el tabaco o el alcohol el gran problema de salud pública, sino la obesidad que va creciendo día a día y que está en el origen de enfermedades como la diabetes.

La obesidad se produce por dos factores: comemos más de lo que necesitamos y hacemos menos ejercicio del que deberíamos. La mayoría de avances de hoy día nos invitan a hacer menos ejercicio: ascensores, escaleras mecánicas, teleconferencias, etc., y muchos estímulos mediáticos nos invitan a comer más, o a consumir bebidas azucaradas. El conjunto provoca que hoy por hoy alrededor del 15% de la población catalana sea obesa.

La enfermedad más frecuente en las personas de más de 65 años actualmente se llama polimedicación, es decir, consumir más de 3 medicamentos diarios, en muchos casos más de 10 y hay personas con un consumo de 20 fármacos diarios. Cada fármaco responde a un problema de salud, y los problemas de salud se han multiplicado, hoy en día no tenemos una sola enfermedad, tenemos unas cuantas y para cada enfermedad hay un arsenal terapéutico. El médico debe vigilar, no solo la enfermedad que controla, sino el dar medicamentos que no perjudiquen a las otras enfermedades de cada enfermo. Cuando vamos al médico de cabecera, este ha de tener en cuenta un gran número de parámetros, y cuando vamos al hospital debemos visitar un gran número de servicios médicos distintos. Uno de los problemas de salud más graves de hoy son las interacciones entre medicamentos o actividades terapéuticas que interfieren unos con otros.

La medicina ha mejorado mucho desde que yo nací hasta ahora. Conocemos mucho mejor las enfermedades y tenemos medicamentos y cirugía para curar muchas enfermedades. Aun así, la medicina está muy mal preparada para el nuevo enfermo: viejo, con varias enfermedades, alguna mental (Alzheimer, demencia, depresión, etc.), sin familia, tomando muchos medicamentos. Al no poder con toda esta complejidad acaba enviándolo a una residencia sociosanitaria.

Desde hace unos años han surgido voces en la sanidad que reclaman una reorganización de los servicios para dar atención a los nuevos enfermos. Estas voces tienen dificultades para que las escuchen, es muy difícil cambiar la manera de trabajar de los servicios sanitarios. Hemos reducido la mortalidad gracias a la especialización y la superespecialización, donde las enfermedades han sido definidas de forma muy precisa, pero el enfermo ha quedado reducido a un cúmulo de enfermedades. La nueva medicina reclama ver al enfermo en su conjunto y no solo a cada una de sus enfermedades. Hay mucho trabajo por hacer.

La paradoja actual es que nunca habíamos estado tan sanos y a la vez nunca habíamos estado tan enfermos. Nunca habíamos podido vivir tantos años en buena salud y nunca habíamos vivido tantos años llenos de varias enfermedades que nos molestan, nos limitan y nos hacen dependientes de los servicios sanitarios. Ante esta situación, los servicios sanitarios tendrán que adaptarse y los pacientes deberán desempeñar un papel más activo en el cuidado de su enfermedad.

Entrada elaborada per Lluís Bohígas (@bohigasl), economista.

7 Replies to “Nunca habíamos estado tan sanos y a la vez nunca habíamos estado tan enfermos

  1. Precisamente las nuevas tecnologías y los avances en medicina hacen que la sanidad debe orientarse y cambiar hacia un nuevo modelo tanto organizativo como estructural .
    Los servicios sanitarios precisan urgentemente una adaptación a estos nuevos pacientes , que en breve , serán la mayoría de los usuarios de la sanidad y sin embargo este «cambio» del que todos hablamos se realiza tan «lentamente» que no estamos ofreciendo a nuestros pacientes lo que deberíamos .
    Tu artículo debería hacernos reflexionar del por que esa «resistencia al cambio».

    • Gracias Eloina por tus comentarios. Yo tengo fe en la medicina y el sistema sanitario, aunque como bien dices la cosa va lenta. Tengo fe porque los 20 años que ha mejorado la esperanza de vida en estos 65 años es impresionante. Probablemente no es todo fruto de los avances médicos, y hay otros efectos, pero así y todo el papel del sistema sanitario ha sido muy importante. Pienso que si ha sido capaz de hacer estos avances también será capaz, con la debida re orientación, de satisfacer las necesidades de los pacientes actuales.

  2. Esta realidad esta presente en los discursos y menos en la realidad, ya que pocas organizaciones sanitarias enfocan sus objetivos hacia los pacientes con patologías crónicas, la hipermedicacion, las interacciones medicamentosas, la calidad de vida de los ciudadanos mayores y la participacion de los pacientes en las decisiones sobre su salud y su enfermedad.
    La mayoria de los pacientes senior estan hipermedicados!! Y Afortunadamente la falta de adherencia terapéutica por parte de los pacientes minimiza el problema.

    • Gracias Mariano por tus comentarios. La inercia del sistema es importante sobre todo porque ha tenido mucho éxito! Las necesidades de los pacientes actuales son tan evidentes que tanto políticos como gestores y especialmente los clínicos deberán reorientar sus procesos. ¿Iras a Murcia a la Jornada AES?

  3. Excelente post Lluis. Comparto plenamente tu visión del problema. Todo un reto para nuestro Sistema Sanitario al que está llegando tarde. Ya de entrada, las numerosas propuestas, ideas innovadoras, etc. surgidas de la mano de sociedades científicas, profesionales, grupos de pacientes caen en saco roto. La cooperación intersectorial brilla por su ausencia, la educación para la salud y la auto responsabilidad de la persona en el cuidado de su salud se siguen considerando mensajes anticuados, la coordinación entre niveles asistenciales no existe y menos con un enfoque biopsicosicial, la incorporación de TIC con cuentagotas y más bien respondiendo a los intereses de las industrias tecnológicas, los nuevos hospitales con enfoque claro a patologías agudas, y todo ello aderezado de una buena dosis de medicamentos cada vez más caros y con escaso valor añadido terapéutico ni a la calidad de vida, pero que la industria farmacéutica vende muy bien y los sanitarios muy mal. En fin, te pido disculpas por expresarte mi negatividad pero es que o las instituciones políticas, la sociedad, profesionales, sectores implicados se hacen eco del problema y comienzan a realizarse las reformas estructurales necesarias o el sistema sanitario tal como lo conocemos se resquebrajara y será incapaz de mantener la equidad, accesibilidad, universalidad, calidad, «gratuidad» etc.
    Un abrazo

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