Con su muerte, la figura del doctor Joan Rodés (1938-2017) será rememorada por muchas personas y desde diferentes ámbitos, pues ha sido una vida llena a rebosar, como persona para aquellos que han tenido la suerte de conocerlo y como médico, investigador, gestor y asesor (de políticos). En cualquiera de las tareas profesionales donde ha actuado, con las responsabilidades que fue asumiendo al largo de la vida, ha dejado su huella y los laudatorios de estos días lo demuestran claramente.
Para AQuAS (primeramente AATM), Joan Rodés ha sido una figura transcendental y no es retórico lo que digo. Con la creación el 1994 de la Agencia, presidió su consejo científico asesor y, a finales del 1999, cuando la institución pasó a llamarse Agencia de Evaluación de Tecnología e Investigación Médica, en catalán Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques (AATRM), a presidir su consejo de administración, cargo que ocupó hasta el 2010. Fue en ese período (2000-2006) que, por mis responsabilidades dentro de la Agencia como director, pude conocer de cerca a este gran personaje, un homenot que diría Josep Pla, que ha sido Joan. Entonces nos veíamos a menudo, reportaba frecuentemente con él, además de las reuniones, más o menos trimestrales, del consejo de administración. Lo hice en aquel minúsculo despacho del servicio de hepatología del Hospital Clínic y después en el de director general del Hospital Clínic.
En cada una de las distinas posiciones que ocupó siempre estuvo atento -y mucho- a los temas de la Agencia siendo un gran facilitador de sus actividades. Esto era así, sin duda, porque Joan Rodés fue de los primeros convencidos de la relevancia de informar bien sobre las decisiones que se toman en los servicios sanitarios, con el conocimiento más actualizado y más preciso disponible, no sólo por lo que se refiere a los beneficios y riesgos para la salud de las intervenciones médicas, sinó tambien considerando su impacto económico, ético y social. Para él, y copio literalmente palabras suyas en el Informativo AATRM 10 años de Agencia, de noviembre de 2004:
“la evaluación crítica y el aprendizaje constante son herramientas básicas que es necesario mantener y potenciar, no solamente en la Agencia, en su trabajo cotidiano, sinó también para todos los múltiples actores y partícipes del sistema sanitario (profesionales, gestores, políticos y ciudadanos) que quieren seguir sosteniendo este elemento tan importante de nuestro bienestar social”
Mencionaba su papel facilitador como máximo representante de la Agencia con su apoyo constante a las actividades que ésta desarrollaba, pero también por su amplia experiencia y red de relaciones que contribuyeron a la solidez de muchas iniciativas que entonces se iniciaron, especialmente en el campo de la investigación y de su evaluación. Lo he podido hablar con él posteriormente muchas veces, nunca percibí una actitud intervencionista o dirigista; al contrario, siempre dejando hacer y donde cada uno tiene que hacer la tarea que le corresponde (los técnicos y el director de la Agencia, el consejo científico y el consejo de administración) facilitando la de los demás.
Siempre ha sido para mí una gran satisfacción -diría un privilegio- haber mantenido el contacto en comidas y encuentros, incluso en el último período cuando la enfermedad respiratoria se acentuó, pero todavía iba de vez en cuando al IDIBAPS. No puedo dejar de decir que en esos momentos cuando hablábamos de todo (medicina, ciencia, política, sociedad, pasado, presente y futuro) nos reíamos mucho. Como antes y ahora que te has ido, te tengo y te tendré bien presente.
Entrada elaborada por Joan MV Pons.