El registro de artroplastias de Cataluña y la colaboración entre clínicos e investigadores

25 Oct
Jorge Arias

El establecimiento de colaboraciones con diferentes proyectos de investigación impulsados desde el registro de artroplastias de Cataluña (RACat) pone de manifiesto cómo de relevante es la relación y la comunicación entre los profesionales que gestionan y analizan datos y los profesionales clínicos.

Un registro es una base de datos  con un enorme potencial. El RACaT, tanto por número de casos recogidos como por el modo cómo se explotan los datos, es un elemento muy potente de investigación que requiere la colaboración entre clínicos e investigadores. Se trata de dos visiones igualmente necesarias y complementarias.

Hoy entrevistamos a Jorge Arias, investigador que trabaja en el RACat involucrado en diferentes proyectos de investigación impulsados desde el propio registro en AQuAS.

¿Clínicos e investigadores habláis el mismo idioma?

Sí y no. Aunque habitualmente estamos involucrados en proyectos comunes, nosotros no tenemos experiencia clínica como para interpretar al 100% los resultados y plantear estudios lo suficientemente precisos y ajustados a la realidad de la práctica clínica.  Los clínicos, por su parte, muchas veces no están acostumbrados a los diferentes análisis estadísticos utilizados por lo que la colaboración se convierte en un elemento clave para obtenir resultados de interés.

¿Y cómo lo solucionáis?

Evidentemente, hablando.

¿Quién decide qué análisis estadísticos realizar?

Diría que lo dirige el investigador pero no pasa así exactamente en la realidad. En cierto modo, el análisis lo dirigen los propios datos y el objectivo del estudio que se plantee.

Me explico, dependiendo de lo que se quiera investigar, para lograr la mayor precisión posible, el análisis se debe realizar de un modo u otro “ya definido” por así decirlo. Es cierto que siempre hay margen para innovar y casi siempre se debe seleccionar (de entre diversas aproximaciones al problema) la más correcta pero en mi opinión, en la mayoría de los casos, el tipo de análisis lo guían -como he dicho- el objetivo de investigación y los datos con que se cuenta.

¿Qué tenéis entre manos ahora mismo?

A nivel de Cataluña estamos comenzando una línea de trabajo relativamente nueva en nuestro entorno en colaboración con el Hospital de Sant Rafael, relacionada con la evaluación de resultados según volumen de procedimientos (artroplastias en nuestro caso) anuales.  Estamos contentos con el interés que parece estar despertando este proyecto.

Cuando hablas de interés, ¿a qué te refieres?

En este caso nos referimos a que hemos presentado los resultados en el congreso de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica (SECOT) y varios hospitales se han puesto en contacto con nosotros mostrando su interés en colaborar en esta línea. Esto nos parece muy importante.

¿Quieres destacar alguna experiencia más?

Sí. También estamos implicados en la comparación de resultados en base a modelos concretos de prótesis, comparación de tipos “más en general” de implantes, de cementos óseos, analizando la posible influencia de la comorbilidad sobre los resultados quirúrgicos.

A nivel de pacientes, ¿cómo incorporáis sus visiones o experiencias?

Aunque en todos los proyectos mencionados el paciente está en el centro de todo, quizás más específicamente me gustaría destacar los proyectos relacionados con los llamados “PROMS”, que son los resultados reportados por los propios pacientes (por la sigla en inglés Pacient Reported Outcome Measures). Estos resultados son particularmente interesantes ya que es el propio paciente el que valora los resultados quirúrgicos en términos, por ejemplo, de dolor, mejora de su calidad de vida, etc.

Centrándonos en la idea de colaboración me gustaría destacar que al menos desde mi punto de vista éste es un proyecto particularmente relevante. Lo empezamos junto con clínicos de la Universidad de Exeter en Reino Unido “viendo” qué cuestionarios podríamos incorporar al registro y al ver que los cuestionarios que más se utilizaban en otros registros no estaban disponibles en nuestro entorno decidimos dar un paso adelante y adaptarlos nosotros mismos.

En este sentido, además durante las próximas semanas esperamos obtener un producto “directo” de este proyecto en colaboración con la Universidad de León y la Universidad de Oviedo, respectivamente, ya que justo en estos momentos estoy realizando una estancia con ellos para pilotar uno de estos cuestionarios de calidad de vida, en concreto el HOOS, el Hip disability and Osteoarthritis Outcome Score.

¿Qué tienen en común todas estas experiencias?

Sin duda, la colaboración.

Cómo crees que puede influir esta colaboración?

La colaboración en cualquier campo de la ciencia creo que es básica y necesaria para obtener resultados con implicacions prácticas reales y que finalmente mejoren algun aspecto importante.

Hemos hablado de colaboración a nivel clínico-investigador pero supongo que habría que hablar de la necesidad de esta colaboración a todos los niveles; es decir, no solo con los clínicos, sinó también con los pacientes, gestores e incluso con la industria.

El tema da para mucho pero si nos centramos en esta colaboración clínico-investigador, me gustaría terminar comentando que desde el RACat animamos y estamos encantados de recibir a profesionales de la salud (traumatología, enfermería, fisioterapia, reumatología, medicina interna, …) con visión y experiencia clínica que quieran colaborar con nosotros. Y por supuesto, nosotros con ellos.

Las prácticas clínicas de poco valor desde la perspectiva de la ciudadanía

13 Oct

Durante la quinta edición del congreso internacional Preventing Overdiagnosis se abordaron estrategias para implementar soluciones para evitar el sobrediagnóstico y la sobreutilización basándose en la evidencia científica disponible.

En esta edición celebrada en la ciudad de Quebec (y que el año pasado se celebró en Barcelona), además de la implicación de los profesionales y de las organizaciones, los pacientes tuvieron la oportunidad de participar más activamente.

Se mostraron experiencias en diferentes ámbitos asistenciales sobre el uso de las mejores prácticas para comunicar y empoderar a los pacientes y también para lograr una mejor comprensión del concepto de decisiones compartidas.

Diferentes iniciativas mundiales abordaron las mejores prácticas para empoderar a la ciudadanía en temas relacionados con prácticas de poco valor, sobrediagnóstico y sobretratamiento. Se compartieron experiencias y se inició el debate de temas fundamentales como la comunicación y la participación de los pacientes.

En los últimos años, el proyecto Essencial ha estudiado la perspectiva de los profesionales sanitarios sobre las prácticas de poco valor, sus causas y posibles soluciones para evitarlas.

Equip Essencial cuenta con la implicación de Cari Almazán, Johanna Caro, Liliana Arroyo y Hortènsia Aguado

Por ejemplo, en un post anterior, explicamos los resultados de una encuesta que realizamos en el ámbito de atención primaria a profesionales. Los resultados de esta encuesta evidenciaron la necesidad de implicar y empoderar más a la población. Los pacientes son también decisores relevantes en relación a sus necesidades y la demanda de determinados servicios sanitarios. Por tanto, el proyecto debe acompañarse de una estrategia de comunicación dirigida, no sólo a los pacientes, sinó también a la ciudadanía en general.

Por eso, desde el proyecto Essencial nos ha interesado conocer, además de la perspectiva de los profesionales, la opinión de los pacientes. En el congreso internacional Preventing Overdiagnosis 2017, participamos explicando cómo se realizó una primera aproximación exploratoria para detectar creencias, actitudes y percepciones de los pacientes sobre los elementos más importantes en la consulta, las prácticas de poco valor y los componentes esenciales de una comunicación efectiva entre profesionales y pacientes. La finalidad era comprender la posición de las personas antes de iniciar posibles intervenciones en la ciudadanía y la determinación de las herramientas y canales más efectivos de comunicación.

En Cataluña, a finales del año 2016, AQuAS llevó a cabo el primer estudio cualitativo exploratorio utilizando un grupo focal con padres de niños asignados a un equipo de atención primaria. Las prácticas de poco valor en pediatría están asociadas a un sobrediagnóstico de manera frecuentemente relacionado con antibióticos, broncodilatadores, antitérmicos, pruebas de imagen, entre otros. Estos escenarios se han trasladado a la discusión con los propios pacientes. En total participaron siete mujeres, madres y abuela, de 14 niños.

El primer punto a discutir fueron los elementos más importantes en la consulta con los profesionales sanitarios y se encontró que el trato (29%) y la información recibida (28%) por parte de los profesionales son los elementos más importantes (estos dos elementos representan, aproximadamente, el 60% de las menciones hechas por los participantes en el estudio). Después, sigue la relación con el profesional (15%) a menudo ligado al grado de confianza, sentir que se atienden las demandas o necesidades (12%), la información solicitada (9%) y el diagnóstico (5%).

Los participantes no conocían el concepto de práctica de poco valor pero sí que reconocieron situaciones de prescripción de medicamentos excesiva o de solicitud de pruebas innecesarias, especialmente en los servicios de urgencias y en las consultas privadas.

Con respecto a la comunicación, las participantes expresaron que valoraban que los profesionales se comunicaran de una manera simple y directa, explicando las razones de las decisiones que se tomaban. Así mismo, les pareció importante recibir por parte de los profesionales información en papel, que se pudiera consultar después en casa. Expresaron que les gustarían más sesiones informativas o grupos comunitarios donde les pudieran explicar este tipo de temas y poder tener mayor conocimiento sobre este tipo de prácticas.

En nuestro contexto, este es el primer estudio exploratorio para identificar prácticas de poco valor y estrategias de comunicación en la ciudadanía; siendo el inicio de una serie de estudios en la población. A pesar de todo, una de las limitaciones con la que nos encontramos fue que la participación fue más baja de la esperada. Aunque el término «práctica de poco valor» no es conocido, los participantes identifican situaciones en las que habían vivido situaciones de este tipo.

Es importante remarcar cómo los pacientes valoran el trato e información recibida, así como la relación profesional-paciente. De la misma forma, los pacientes reconocen la necesidad de las habilidades de comunicación de los profesionales y la necesidad de herramientas para apoyar una comunicación efectiva.

Entrada elaborada por Johanna Caro Mendivelso (@jmcaro103).

¿Por qué es difícil reducir prácticas de poco valor en el hospital?

15 Dic
MaiteSolans
Maite Solans

En el marco del Programa de Mejora de la Práctica Clínica del Hospital Universitari Vall d’Hebron –VHIR Instituto de Investigación y  en colaboración con el proyecto Essencial, se ha querido explorar qué barreras encuentran los profesionales sanitarios (médicos y enfermeras del hospital) para implementar recomendaciones clínicas dirigidas a reducir las prácticas inadecuades o de poco valor clínico. Un grupo de 15 profesionales sanitarios (con especialidades médicas o quirúrgicas) han colaborado en dos sesiones de discusión para identificar estas barreras. Ha sido muy relevante el trabajo realizado por Dimelza Osorio del Hospital Universitario Vall d’Hebron y Liliana Arroyo de la Universitat de Barcelona.

Al hablar de prácticas inadecuadas o de poco valor clínico nos referimos a intervenciones sanitarias inapropiadas en determinadas circunstancias, bien porque los riesgos superan los beneficios, bien porque su efectividad no está demostrada, o bien porque no hay un balance coste-beneficio demasiado claro. Estas prácticas de poco valor están presentes en la práctica clínica del día a día y pueden conducir a sobrediagnóstico y/o sobretratamiento, es decir, diagnosticar o tratar una condición clínica en la que el paciente no obtiene un beneficio importante en su salud.

Las barreras identificadas se pueden clasificar en cuatro niveles: micro, meso, macro y del entorno. En un primer nivel (micro), se identificaron aquellas debidas a las características de los propios profesionales, como la tendencia a la autoprotección ante reclamaciones o problemas legales (medicina defensiva), el manejo de la incertidumbre, y el hecho de haber tenido malas experiencias previas; el escepticismo respecto la evidencia científica, debido a información desactualizada o contradictoria; otras actitudes de los profesionales, como la inercia o la resistencia al cambio; y la falta de formación también constituyen una barrera. Asimismo se identificaron características de los pacientes, como por ejemplo por sus reticencias y demandas; la figura del paciente experto, o las creencias adquiridas anteriormente.

En un segundo nivel (meso), se identificaron barreras como consecuencia de la interacción entre los profesionales y los pacientes. Algunas barreras tienen que ver con la relación entre profesionales; es decir, dificultades relacionadas con el liderazgo clínico, la coordinación entre diferentes profesionales (o especialistas), o la cohesión en los equipos. Barreras de liderazgo organizativo como el poco apoyo institucional en términos legales, la inercia de la propia organización, los incentivos económicos o penalizaciones mal aplicados, o la falta de previsión de determinados costes. Y barreras de los flujos de información, la ineficiencia de los sistemas de información, como la poca operatividad del correo electrónico, o la infoxicación por exceso de información corporativa.

En un tercer nivel (macro), las barreras vienen influenciadas por las características de la estructura y la gestión del hospital y del sistema sanitario catalán. Destacan las condiciones de asistencia, como la presión asistencial, el tiempo de atención a los pacientes o la tecnificación de la asistencia, es decir, un mayor acceso a equipamientos y pruebas. El diseño del sistema de salud, como la falta de liderazgo sistémico, o la no coordinación entre diferentes niveles de asistencia (atención primaria, atención hospitalaria, sociosanitaria…). Y las características del sistema de salud, como las diferencias territoriales, y el entorno legal y burocrático.

Por último, determinados factores externos al sistema sanitario (entorno) también pueden influir en el mantenimiento de prácticas clínicas de poco valor clínico. En este caso, aunque mucho menos presentes, se incluye el contexto político y la influencia de los medios de comunicación. La relevancia de cada barrera se muestra en el siguiente gráfico:

barreres-cast

En la misma sesión también se exploraron o plantearon potenciales soluciones para eliminar estas barreras; se han propuesto una serie de soluciones que se relacionan principalmente con la creación de una estrategia de liderazgo y una serie de apuestas claras, que pasan por la racionalización de los procesos y un buen uso de la información disponible.

Entrada elaborada por Maite Solans (@SolansMaite).

Datos de salud: ¿Ofrecemos a la ciudadanía lo que quiere?

24 Nov

central-de-resultats-qualitatiuEn la Carta de derechos y deberes de la ciudadanía en relación con la salud y la atención sanitaria, actualizada en 2015, se recoge el derecho a recibir asesoramiento relativo a la información disponible en la red y, en concreto, se especifica que la persona tiene derecho a obtener recomendaciones veraces y fiables por parte de los profesionales sanitarios en relación con la información sanitaria disponible en la red (páginas web, aplicaciones, etc.).

Cada vez más, desde los diferentes sectores profesionales, identificamos a la ciudadanía como un grupo clave que hay que tener en cuenta a la hora de hacer llegar el resultado final de nuestro trabajo, incluido el sector sanitario. Los servicios implicados en dar a conocer la información sanitaria que se desprende del sistema sanitario catalán no somos una excepción y cuando publicamos nuestros datos lo hacemos, cada vez más, con la idea de no solo informar a los profesionales sanitarios, sino también rendir cuentas a la ciudadanía en última instancia.

Pero, ¿realmente hemos preguntado a la ciudadanía qué información quiere recibir de nosotros?

Desde la Central de Resultados del Observatorio del Sistema de Salud de Cataluña publicamos anualmente una serie de informes con indicadores cuantitativos que pretenden medir, evaluar y difundir los resultados alcanzados en los diferentes ámbitos del sistema sanitario público. Hasta ahora, para difundir esta información más allá del territorio de confort que nos supone el sector sanitario, hemos publicado una serie de infografías con la información que hemos considerado que sería más relevante para la ciudadanía, esforzándonos para que el formato fuera amigable.

infografia-atencio-primaria

Durante el primer semestre de 2016 hicimos un ejercicio de reflexión y nos dimos cuenta de que realmente no sabíamos si lo que publicábamos para la ciudadanía realmente les llegaba y les interesaba, y ni siquiera sabíamos qué era lo que la ciudadanía quería recibir de nosotros. Para contestar a estas preguntas hemos llevado a cabo un estudio cualitativo para conocer las necesidades de información sanitaria de la ciudadanía en Cataluña, sin restringirnos a los productos de la Central de Resultados.

Hemos hecho 3 grupos de discusión donde hemos invitado a ciudadanos elegidos al azar del Registro Central de Asegurados del CatSalut y donde ellos han podido expresar libremente qué necesidades de información sanitaria tienen. El resultado que hemos obtenido es que a la ciudadanía no le interesa recibir información sanitaria de forma general y sistemática, solo le interesa la información sanitaria cuando tiene una necesidad personal clara y esta está directamente relacionada con lo que a la persona le esté sucediendo en ese momento concreto. No le interesa, por tanto, recibir información de salud poblacional o del funcionamiento del sistema sanitario. Manifiesta que esta información es necesaria pero entiende que son los profesionales sanitarios los que la deben conocer y saber gestionar, confiando en el sistema sanitario y desvinculándose de este tipo de información.

Consideran, además, que es interesante que la información esté accesible en las redes pero manifiestan que, busquen o no activamente en Internet, lo que necesitan es que esta información la puedan contrastar después con su médico de atención primaria o especialista y que sea este profesional quien identifique la mejor información disponible en cada momento. Es más, reconocen claramente que es este profesional quien debe conocer la información sanitaria que el sistema sanitario catalán produce sistemáticamente.

Hemos presentado recientemente los resultados de este estudio en un congreso, concretamente en el XXXIV Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial y XXI Congreso de la Sociedad Andaluza de Calidad Asistencial, generando un debate posterior muy interesante en torno a sus resultados. Una de las personas presentes en el congreso manifestaba su preocupación por el hecho de que la ciudadanía no estuviera interesada en recibir información general de salud. El debate se centraba en cómo podíamos educar a la población para que esta información le interesara y le llegara. Creemos que la cuestión realmente importante detrás de todo esto es si hay que hacerlo.

La ciudadanía tiene al alcance una cantidad de información desbordante sobre un número infinito de temas diferentes cada día. Parece claro que cuando una persona tiene una necesidad concreta sobre su estado de salud consulta a un profesional en quien confía. Es evidente que a nosotros, como profesionales sanitarios, siempre nos parecerá que la información que producimos es lo suficientemente interesante para que los demás la quieran conocer pero también es probable que nuestro entusiasmo nos sesgue a la hora de interpretar la realidad. Tal vez deberíamos preguntarnos si tenemos que esforzarnos para facilitar a la ciudadanía información que dice que no necesita y que no le interesa, y si estamos preparados para aceptar su decisión y respetarla.

Entrada elaborada por Dolores Ruiz-Muñoz, Anna García-Altés (@annagaal) y Hortènsia Aguado.

Prácticas clínicas de poco valor: ¡los médicos opinan!

19 May
Johanna Caro
Johanna Caro

Seguimos con la temática de sobrediagnóstico y sobretratamiento que ya vimos en este post y en este otro post pero hoy desde otra perspectiva: la del profesional de salud.

En el años 2015, AQuAS en colaboración con el ICS inició una experiencia piloto para evitar prácticas de poco valor en atención primaria. Con el objetivo de explorar y describir el conocimiento y las opiniones de los médicos de familia y pediatras sobre estas prácticas se realizó una encuesta en atención primaria. La encuesta, que se contestaba online de forma anónima, se envió a 735 profesionales de la Direcció d’Atenció Primària Metropolitana Nord, con una tasa de respuesta de un 34%.

Figura 1. Detalle de la encuesta.

Essencial - Cuestionario

Veamos algunos de los resultados de la encuesta.

¿Cuál es la situación de las prácticas clínicas de poco valor?

El 69% de los médicos de la atención primaria consideran que las prácticas de poco valor en nuestro medio son muy frecuentes (9%) y frecuentes (60%). En su práctica clínica aproximadamente un 80% de los médicos se encuentran en una situación de tomar una decisión sobre la solicitud de una prueba o prescripción de un tratamiento innecesario al menos una vez a la semana.

Pregunta: Según su opinión, la prescripción de pruebas, procedimientos y tratamientos innecesarios en la atención sanitaria de nuestro entorno es:

Essencial-Enquesta 1Freqüència

Pregunta: En su consulta, con qué frecuencia se encuentra en una situación de tomar una decisión sobre la solicitud de una prueba o precripción de un tratamiento innecesarios?

Essencial-Enquesta 2Freqüència

¿Cuáles son los motivos?

Según los médicos, los principales motivos de las prácticas de poco valor son la falta de tiempo en la consulta (74%), necesidad de tener más información (dudas o incertidumbre por parte del profesional) (63%) y demanda por parte del paciente, de prescripción de una prueba o tratamiento (37%).

Pregunta: Hay varias razones para que los clínicos solicitan una prueba o tratamiento innecesario. En su práctica clínica, ¿cuáles de las siguientes razones piensa que tienen influencia sobre esta decisión?

Essencial-Enquesta 3Raons
¿Se habla de este tema en las consultas?

Los médicos en su consulta hablan a sus pacientes de manera frecuente (52%) de los potenciales riesgos de pruebas o tratamientos, mientras que no hablan de manera frecuente (21%) de los costes de los mismos.

¿Hay soluciones?

Los médicos piensan que quienes están en la mejor posición para abordar el exceso de prácticas clínicas de poco valor son los profesionales clínicos (88%), los elaboradores de las guías de práctica clínica (57%), el Departament de Salut, en términos de políticas sanitarias (39%) y  representantes académicos/científicos (33%).

Así mismo, consideran que las iniciativas más efectivas para reducir estas prácticas son: disponer de más tiempo de consulta para poder discutir con el paciente las alternativas existentes (87%), contar con apoyo del centro en caso de denuncias o quejas del paciente al no realizar determinadadas pruebas (65%), integrar la información del paciente y compartirla entre los diferentes niveles asistenciales (64%), o realizar una intervención publicitaria dirigida a concienciar a la ciudadanía (62%).

Pregunta: En su opinión, ¿cuán efectivas pueden ser las siguientes iniciativas para reducir el número de pruebas, procedimientos y tratamientos innecesarios?

Essencial-Enquesta 4AccionsEfectives

En Cataluña, esta es la primera encuesta sobre conocimientos y opiniones de médicos con respecto a prácticas de poco valor. Es relevante que estas prácticas son muy frecuentes en el ámbito de atención primaria. En otro contexto, una encuesta en Estados Unidos de la iniciativa Choosing Wisely, mostró que los médicos también consideran estas prácticas frecuentes y se enfrentan a ellas por lo menos una vez por semana. Entre las razones por las cuáles tienen lugar este tipo de prácticas de poco valor se encuentra la preocupación por denuncias por mala praxis, la seguridad del profesional (confirmación diagnóstica) y las peticiones de los pacientes.

Según los resultados de nuestra encuesta, los médicos son los que están en la mejor posición de abordar el tema pero también la organización sanitaria juega un papel fundamental. Puede ser que las propias características del sistema de salud y los profesionales sanitarios no sean conscientes de los costes que suponen las pruebas, procedimientos o tratamientos.

A partir de esta encuesta y con la experiencia en el proyecto Essencial, consideramos que es necesaria una estrategia multifactorial -que incluya aspectos organizativos, a nivel del profesional y del paciente- para reducir las prácticas de poco valor.

Entrada elaborada por Johanna Caro Mendivelso (@jmcaro103).

Aline Noizet: “Las herramientas digitales convierten al paciente en el CEO de su salud”

5 May

Health 2.0 Europe 2016

Barcelona se convertirá, del 10 al 12 de mayo, en la capital europea de la innovación en salud digital con la celebración del congreso Health 2.0 Europe. La séptima edición de este encuentro de expertos en el ámbito sanitario reunirá a más de 120 ponentes y alrededor de 600 profesionales de todo el mundo.

La Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Cataluña (AQuAS) y el Observatorio de Innovación en Gestión de la Sanidad en Cataluña (OIGS) estarán presentes en el congreso a través del panel gratuito Las herramientas de salud digital transforman la misión diaria de las enfermeras, en el que se podrán ver demostraciones en vivo de soluciones tecnológicas desarrolladas por y para las enfermeras.

La coordinadora de la convención y consultora en salud digital Aline Noizet (@anoizet) da más detalles en esta entrevista y explica la definición que viven los sistemas de salud europeos de la mano de las herramientas digitales.

AlineNoizet
Aline Noizet, consultoría en salud digital y organizadora del Health 2.0 Europe 2016

¿Qué se entiende por salud digital o salud 2.0?

Se conoce como salud digital o health 2.0 al conjunto de nuevas tecnologías centradas en el paciente, que se pueden interconectar y que aportan datos que facilitan la toma de decisiones. Son herramientas desarrolladas por starts-ups desde aplicaciones para móviles y dispositivos wearables hasta plataformas virtuales. Siempre surgen para dar respuesta a una necesidad muy concreta y contribuyen a mejorar el trabajo de los profesionales médicos y la experiencia de los usuarios.

Los expertos afirman que estas nuevas soluciones tecnológicas están redefiniendo el ecosistema sanitario, ¿en qué consiste esta transformación?

El ecosistema actual es más amplio y engloba a más agentes implicados directa o indirectamente en la gestión de la salud, tales como las pequeñas empresas que desarrollan las soluciones tecnológicas, la industria farmacéutica y las aseguradoras. La principal novedad, sin embargo, radica en el hecho de que se coloca al paciente en el centro del sistema sanitario.

En este nuevo sistema todo gira entorno al paciente, ¿de qué forma pueden mejorar las herramientas digitales su experiencia?

Las nuevas soluciones facilitan la comunicación entre pacientes y profesionales sanitarios. Actualmente hay plataformas y espacios virtuales donde pueden encontrar información de calidad y resolver dudas prácticamente en tiempo real. Gracias a las nuevas tecnologías, el paciente se puede involucrar más en la toma de decisiones y tiene la posibilidad de explicar cómo se encuentra y cómo evoluciona el tratamiento de forma telemática. Las herramientas digitales le otorgan una mayor autonomía y lo convierten en el CEO de su propia salud.

Y los profesionales de la salud, ¿qué ventajas nos aporta el uso de esta tecnología?

Los beneficios de las herramientas digitales son múltiples. Ayudan al equipo médico a realizar un diagnóstico más rápido y preciso y ofrecen una visión más amplia de la salud de los usuarios. Asimismo, permiten reducir los costes con la monitorización de los pacientes desde casa y podrían mejorar la calidad de los cuidados con el uso de gafas de realidad aumentada. Las nuevas tecnologías facilitan, además, la comunicación entre los profesionales sanitarios de cualquier parte del mundo, que pueden compartir información o bien obtener una segunda opinión de forma casi inmediata.

En el panel en el que participa el Observatorio de Innovación y que moderará el enfermero portugués Tiago Vieira, miembro del Consejo Asesor del Foro Europeo de Atención Primaria (EFPC), se podrán ver demos de las herramientas de salud digital más innovadoras. ¿A quién va dirigida esta sesión?

La sesión será muy inspiradora para las enfermeras, porque ellas están en contacto directo tanto con los médicos como con los pacientes y conocen de primera mano las necesidades de ambos colectivos. Las nuevas tecnologías están transformando su rol y les pueden ofrecer múltiples ventajas en la atención al paciente. Emprendedores les mostrarán el funcionamiento de sus soluciones y profesionales procedentes de varios paises de Europa les explicarán los beneficios de introducir la digitalización a su centro. La sesión tambien puede interesar a médicos, pacientes, emprendedores, inversores, laboratorios farmacéuticos y compañías aseguradoras. Las starts-ups podrán encontrar inspiración e ideas de nuevas soluciones para el personal sanitario, mientras que los inversores tendrán la oportunidad de conocer los proyectos más innovadores en salud digital. Si eres un profesional sanitario, descubrirás cómo estas herramientas pueden mejorar tu tarea diaria, y si eres un paciente o ciudadano podrás participar dando tu opinión como usuario o futuro usuario de estas nuevas aplicaciones.

Para participar en esta sesión gratuita sobre herramientas de salud digital solo es necesario registrarse. ¡Os esperamos!

Entrevista elaborada por Neus Solé Peñalver (@neussolep).