Evaluación: Back to the Basics

22 Sep

La cultura evaluativa de AQuAS viene de lejos y la compartimos en redes estatales como REDETS e internacionales como INAHTA, HTAi y EUnetHTA. Esta evaluación hace referencia a la evaluación de tecnologías sanitarias (esto incluye la evaluación de productos sanitarios, medicamentos, programas, modelos organizativos en el ámbito de la salud y un largo etcétera que puede a su vez incluir la evaluación de cribados, tests diagnósticos e eHealth, entro otros) y  también la evaluación de la calidad de la atención asistencial.

La metodología que se usa es robusta y genera debate aún actualmente y es positivo que sea así porque este debate implica un cuestionamiento constante sobre qué hacemos y cómo lo hacemos. Cuando aparecen nuevas tecnologías, nuevas necesidades, nuevas realidades, se requieren también nuevas metodologías evaluativas o su adaptación.

“Evaluar para mejorar” es la idea básica de la evaluación pero … ¿de qué hablamos exacatamente cuando hablamos de evaluación?

No existe una respuesta simple para esta cuestión.

En este post de Mireia Espallargues, Noemí Robles y Laia Domingo hay una buena definición sobre indicadores para la evaluación clínica y de la calidad asistencial.

«Un indicador es un instrumento de medida que se utiliza para evaluar o medir aspectos concretos de la calidad de la atención a través de diversas estrategias de análisis»

En este otro post de las mismas autoras hay un ejemplo de evaluación de programas de cronicidad.

«Los resultados obtenidos de la implementación de los indicadores permitirá a los profesionales disponer de unos criterios objetivos sobre la calidad de sus intervenciones, facilitando la identificación de las fortalezas de los programas de atención a la cronicidad, y también de las áreas de mejora»

En esta línea de evaluación de la cronicidad, puede ser muy útil la aplicación de herramientas para medir multimorbilidad, tal como se puede leer en este post de Emili Vela.

«La presencia multimorbilidad está asociada a una mayor utilización de recursos asistenciales (sanitarios y sociales) y a una peor calidad de vida. En este contexto, se hace necesario medir la multimorbilidad para poder de este modo determinar su impacto en el sistema sanitario»

Otra línea de trabajo muy relacionada con evaluación la encontramos en este post de Miquel Pons, Daniel Chaverri y Luis Lobo sobre prótesis de cadera. Se trata de un estudio que muestra de forma muy clara la utilidad de los registros para la evaluación de tecnologías sanitarias.

«En el contexto actual de innovaciones y avances tecnológicos contínuos y ante una gran presión por parte de los fabricantes, el abanico de prótesis a disposición de los cirujanos ortopédicos es cada vez más grande. Esta situación hace necesario que las prótesis que se utilicen presenten evidencia científica basada en estudios clínicos o bien en datos de registros de artroplastias»

Las iniciativas que estudian la variabilidad en la práctica médica tienen un fuerte componente evaluativo también. Para introducirnos en esta cuestión, Enrique Bernal Delgado y Sandra García Armesto publicaron un post sobre cómo se trata  y cómo ha evolucionado esta cuestión a nivel internacional.

«Las experiencias más significativas se han desarrollado en contextos con una profunda cultura evaluativa y en sistemas donde la elección de aseguradoras y competencia entre proveedores constituye una de sus características fundamentales»

Desde AQuAS, Laura Muñoz presentaba en este otro post dos líneas de trabajo muy potentes: el estudio de la variabilidad en el contexto catalán y la presentación dinámica de estos resultados, una novedad absoluta por lo que a visualización de datos se refiere.

Elementos tecnológicos nuevos implican -para la evaluación- un reto intelectual y un reto por el alcance o volumen de las intervenciones a evaluar. Es reciente la publicación de un marco conceptual de evaluación de mHealth publicado en una revista con un alto factor de impacto, situada en el primer cuartil del Journal Citation Reports.

Los conceptos de eficacia, efectividad, seguridad, eficiencia e impacto organizativo, ético y social son las grandes dimensiones del marco teórico de la evaluación de tecnologías sanitarias y aquí se añade la necesidad de incorporar metodologías de otros campos y el esfuerzo constante para adaptarse a una realidad siempre cambiante.

Para acabar, insistimos en la importancia de la metodología, no como algo estático sinó como un elemento al servicio de la investigación de mejor calidad.

Para seguir avanzando en la evaluación, back to the basics también.

Entrada elaborada por Marta Millaret (@MartaMillaret)

«Primum non nocere»: Seguridad clínica en la receta electrónica

6 Oct
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Jose Expósito, Diego Mena y Andrea Molina

Se atribuye a Hipócrates la expresión latina «Primum non nocere», que vendría a traducirse como “lo primero es no hacer daño” y pretende recordar al médico que debe considerar los daños que su práctica puede provocar. En las últimas décadas, en los países industrializados el consumo de fármacos ha experimentado un gran aumento provocando una mayor exposición de los pacientes a éstos y a sus posibles efectos adversos. En este contexto, el desarrollo de herramientas para mejorar la seguridad del paciente es de especial importancia.

El uso racional del medicamento tiene por objetivo la obtención del mayor beneficio terapéutico posible con la máxima eficiencia, evitando la aparición de los riesgos que el tratamiento farmacológico puede provocar. Este uso racional pretende disminuir los problemas relacionados con los medicamentos (PRM). Por ejemplo, si un paciente toma simultáneamente dos fármacos anticoagulantes se puede producir una hemorragia que puede tener consecuencias graves. La prescripción adecuada es uno de los factores importantes para evitar los PRM. Entre los PRM asociados a la prescripción están las duplicidades terapéuticas, la administración de una dosis superior a la dosis máxima recomendada, pautas o duraciones no adecuadas, las interacciones entre medicamentos, la administración de medicamentos teratogénicos a mujeres embarazadas y de fármacos no recomendados en pacientes geriátricos.

Así, el aumento del consumo de fármacos nos plantea nuevos retos, pero también nuevas oportunidades.

En el ámbito de la seguridad clínica en la receta electrónica, el Programa de Innovación y Soporte al Ámbito del Medicamento (PISAM) de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS) trabaja conjuntamente con la Gerència de Farmàcia i del Medicament del Servei Català de la Salut en la elaboración del contenido clínico de un módulo integrado en el Sistema Integral de Receta Electrónica (SIRE) para mejorar la seguridad de la prestación farmacéutica en cada paciente de acuerdo con sus características y la medicación concomitante.

Actualmente este sistema integra cinco dimensiones de seguridad:

  1. Interacciones farmacológicas. Ocurren cuando dos medicamentos administrados a la vez producen o pueden producir un efecto no deseado y por tanto no se deben de administrar conjuntamente.
  2. Duplicidades terapéuticas. Es la prescripción de dos o más medicamentos con el mismo principio activo o la misma acción farmacológica de manera simultánea.
  3. Fármacos desaconsejados en pacientes geriátricos. Fármacos en los cuales el balance beneficio/riesgo no es favorable en la población geriátrica.
  4. Fármacos teratogénicos. Fármacos con efectos negativos demostrados sobre el embrión o el feto en mujeres en edad fértil.
  5. Dosis máximas. Prescripciones de fármacos a dosis superiores a la que puede ser tolerada sin provocar efectos tóxicos.

La implantación se está realizando de una manera gradual, considerando primero los medicamentos dispensados en oficina de farmacia, ya sean financiados o no por el CatSalut. Actualmente se está empezando a trabajar para incluir los medicamentos de dispensación hospitalaria a pacientes ambulatorios, lo que permitirá obtener unos planes de medicación de los pacientes más completos.

Los contenidos se van actualizando con la comercialización de nuevos fármacos y la incorporación de la nueva evidencia disponible. Además se realizan explotaciones periódicas de los datos utilizados con el objetivo de identificar qué alertas son rechazadas de manera sistemática por los médicos y revisar si hay algún motivo clínico que justifique la retirada o modificación de estas alertas.

En un futuro está previsto dotar también a SIRE de un sistema que facilite la conciliación y revisión sistemática de la medicación.

Se pueden consultar más detalles sobre este proyecto en el siguiente documento: Seguridad clínica a la recepta electrónica. Metodologia d’elaboració de continguts clínics de seguretat.

Entrada elaborada por Jose Exposito, Diego Mena y Andrea Molina.